Ritmo constante y potente, guiado por cuerdas y acompañado de una guitarra. Las cuerdas orquestales se suman a mitad de camino y crean una amplia atmósfera. También se utiliza un efecto de cambio de tono efectivo para generar una sensación de callejón sin salida. Inspirado en viejos camiones oxidados de los años 50, abandonados en el desierto.